Los problemas de Bitcoin son similares al que presentaron en su día la mayor parte de tecnologías y sistemas revolucionarios entre determinados “distribuidores” y “consumidores”. Los primeros, sobre todo si no se adaptan o no pretenden adaptarse, ven amenazada su posición ante el nuevo sistema, producto o tecnología. Los segundos, también desde una óptica conservadora, se pueden llegar a guiar por las opiniones de los primeros, o bien por la comodidad que les supone conocer el sistema, producto o tecnología que, hasta el momento, están usando.
Este supuesto se aplica, también, a las criptomonedas. Con el añadido de que, en este caso, durante un tiempo, y sobre todo durante los primeros años, las criptomonedas recibieron una serie de ataques deliberados por parte de autoridades y medios de comunicación, que comenzaron a sembrar ciertas dudas entre sus potenciales usuarios.
Hoy en día, aunque se tiene una gran cantidad de información al respecto, además de una más que demostrada viabilidad, funcionalidad y rentabilidad de las criptomonedas, siguen surgiendo una serie de dudas o preguntas que es preciso responder. Por ello, a continuación, vamos a resolver algunas de las más importantes.
Bitcoin es MUY volátil.
Como pudimos ver en el artículo ‘Ventajas y desventajas de las criptomonedas’, existe una idea, medianamente generalizada, acerca de que las criptomonedas, con Bitcoin a la cabeza, presentan una alta volatilidad. Esto es algo que se puede dar en ciertas criptomonedas, sobre todo en el caso de las ICO, y que en Bitcoin se ha dado en determinadas ocasiones.
Sin embargo, la propia filosofía de las criptomonedas, propuesta por Satoshi Nakamoto en 2008, permite un sistema descentralizado, un mercado libre de intervenciones o regulaciones que, en ocasiones, puede provocar subidas y bajadas del valor de Bitcoin con respecto a dinero FIAT.
Es importante tener presente que, Bitcoin lleva más de una década en el mercado, siendo la criptomoneda pionera por excelencia, y el espejo en el que la mayor parte de las mismas se mira. Esto no ha hecho que Bitcoin se establezca como una stablecoin -criptomoneda estable, con mínimas variaciones-, pero casi.
Dado que en los últimos años su volatilidad ha sido residual, muchos expertos y usuarios han considerado a Bitcoin, incluso, como un valor refugio. De hecho, es previsible que, conforme más aceptación vaya teniendo Bitcoin -en la actualidad al alza-, así como el más que evidente desarrollo de productos de inversión y aceptación como método de pago, su volatilidad será, incluso, menor que en la actualidad.
Esto es algo que podemos apreciar en el histórico de Bitcoin, en el que se observa cómo esta criptomoneda ha ido adquiriendo valor, a la par que reduciendo su volatilidad, conforme ha ido teniendo más aceptación por parte de usuarios, expertos, entidades e instituciones.
En la actualidad, al igual que ocurre con divisas ordinarias o acciones de grandes empresas, existe una pequeña volatilidad diaria, la cual es asumible por cualquier tipo de inversor o usuario, incluso si desconoce cómo funciona el mercado. Sin embargo, esta volatilidad, tal y como reflejan innumerables gráficas y estudios, tiende a la paulatina disminución conforme avanzan los años, meses y jornadas, ya que a medida que la propiedad de Bitcoin se generaliza, su valor se estabiliza.
Además, hemos de tener en cuenta que su propia naturaleza descentralizada motiva que un aumento de la demanda no se traduzca, de forma automática, en un aumento de la oferta, para dar respuesta a dicha demanda. Ello se debe a que, en términos generales, es muy complicado alterar la velocidad a la que se ponen en circulación nuevos bitcoins, algo que la mayor parte de usuarios e inversores de Bitcoin conocen.
Por otro lado, esta misma descentralización, que motiva también una desregulación -al menos por el momento-, favorece esta pequeña volatilidad, asumible, como decimos, por la mayor parte de los usuarios. Al no estar regulado o controlado por autoridades o entidades, nadie puede fijar el valor de Bitcoin como sí se puede hacer con divisas como el dólar o el euro.
¿Que Puedo comprar con Bitcoin?
Este es otro de los grandes caballos de batalla de Bitcoin, y uno de los principales argumentos de sus detractores. En la actualidad, Bitcoin no se acepta como método de pago universal, como bien pueda ser una tarjeta de crédito o débito -que tampoco son aceptadas en todos sitios-, o sistemas como PayPal, que podemos emplear en casi cualquier parte del mundo.
No obstante, Bitcoin sí funciona como medio de pago en determinados comercios o contextos, aunque es algo que se encuentra en estudio y desarrollo. Sin ir más lejos, la propia Tesla abrió, en febrero de 2021, la posibilidad de admitir pagos mediante Bitcoin; o el propio gobierno de la ciudad de Miami, en Estados Unidos, que baraja la posibilidad de pagar el sueldo de sus empleados públicos mediante bitcoins o satoshis -fracciones de bitcoins-.
Las voces críticas con Bitcoin, y con las criptomonedas en general, aseguran que la divisa creada por Satoshi Nakamoto ha fracasado como método de pago. Sin embargo, y a pesar de que cada vez está siendo más aceptada como medio de pago y cobro, hemos de entender que el fin propio de Bitcoin no era el de convertirse, de forma exclusiva, en un medio de pago alternativo al tradicional.
Su volatilidad, aunque mínima, junto a su escalabilidad, hacen que, en la actualidad, no pueda ser un método de pago tan habitual como la tarjeta de crédito, la de débito, PayPal u otros sistemas similares. No obstante, como decimos, aunque su fin único no sea el de convertirse en un medio de pago alternativo, sí que se está empleando para ello, y no exclusivamente en comercios, físicos u online, sino fuera de ellos: como método de intercambio, o como pago por obras y servicios, siempre que atendiendo a la legislación de cada país o territorio.
Podemos afirmar, por tanto, que Bitcoin no ha fracasado como método de pago porque, en su hoja de ruta, jamás estuvo la aspiración de sustituir o solapar a los medios de pago ordinarios. ¿Funciona como medio de pago?, por supuesto, ya que es portátil, fungible y divisible, pero también cuenta con algunas desventajas como su volatilidad o su capacidad de emisión.
Bitcoin es una Burbuja
Como ocurre con la mayor parte de tecnologías novedosas, Bitcoin también ha recibido embates que cuestionan su sostenibilidad, desde muchas ópticas. En términos generales, se duda de que sea una alternativa sostenible a las divisas ordinarias, y para ello se alude a su consumo de energía, el impacto de la misma en el Medio Ambiente, los equipos necesarios para su almacenamiento y el coste tanto económico como humano que supone la minería de bitcoins.
Visto desde ese prisma, pudiese parecer que Bitcoin no es sostenible, al igual que no resultan nada sostenibles las divisas ordinarias, ya sean físicas, electrónicas o digitales. Bien es cierto que el proceso de minado de bitcoins, parte esencial de su sistema, consume grandes cantidades de energía, más incluso que países como Bélgica. Sin embargo, el último informe Global Cryptoasset Benchmarking del Cambridge Cambridge Center for Alternative Finance, arroja datos tan esperanzadores como contrarios a las voces críticas. Y es que el 76% de la energía utilizada por mineros de Bitcoin es renovable.
Como ya vimos en el artículo ‘Minado de Criptomonedas’, la mayor parte de empresas de minería, así como cooperativas de mineros, se trasladan a países o territorios en los que la energía es más económica, y la mayor parte de estos suelen hacer uso de renovables para garantizar precios competitivos y respetuosos con el Medio Ambiente.
Este hecho también funciona como respuesta a quienes afirman que no resulta rentable minar bitcoins, y criptomonedas en general, debido al alto coste energético, no solo con el Medio Ambiente, sino también con respecto al coste. Algo que, como decimos, se responde, en el párrafo anterior, ya que la mayor parte de mineros y empresas buscan aquellos lugares en los que resulta más económico emprender estas acciones.
Bitcoin Sirve para Financiar Actividades Ilegales
La respuesta es sí. Al igual que se usan dólares, euros, libras o yenes, por citar algunas divisas. Bitcoin es una criptomoneda transparente, rápida y segura, pero ello no quita que tanto la propia criptomoneda, como los beneficios obtenidos de la misma, sea utilizada por personas para comprar drogas, armas o financiar actividades ilegales.
Sin embargo, este argumento contra Bitcoin no tiene base como tal, dado que no es la única divisa que se emplea para este tipo de actividades y, además, en el caso de los bitcoins, el empleo de los mismos para estas actividades es muy bajo, menos del 1% del total de las transacciones realizadas con bitcoins en los últimos dos años.
Hay quienes piensan, también, que su naturaleza descentralizada, y escándalos como el de Silk Road, favorecen el empleo de bitcoins en la compraventa de drogas o armas. Sin embargo, y como vimos en el artículo ‘El mercado negro de las criptomonedas’, este tipo de delitos pueden llegar a rastrearse al igual que se hace con las divisas ordinarias en formato físico.
De hecho, ya se están llevando a cabo, desde hace años, determinadas acciones desde la blockchain, con el objetivo de castigar y banear a este tipo de usuarios, a través del rastreo de actividades ilegales financiadas total o parcialmente con bitcoins.
¿Está bitcoin Respaldado?
La respuesta corta es sí, se encuentra respaldado por su propio sistema, la comunidad y su posición en el mercado. La respuesta corta es no, Bitcoin no tiene detrás grandes instituciones, fortunas, empresas o entidades, que velen por su buen “funcionamiento” y su valor en el mercado.
Las voces críticas con Bitcoin aseguran que, al no encontrarse respaldado por ningún gobierno, al menos de forma explícita, por alguna entidad o por flujos de efectivo, se trata de una divisa en la que no se puede confiar. Sin embargo, esto es, precisamente, parte de su filosofía: la no dependencia de terceros que puedan controlar o modificar a su antojo que Bitcoin caiga o suba, que se le apliquen determinados gravámenes, o que deje de circular, entre muchas otras cuestiones.
La descentralización propuesta por Satoshi Nakamoto, y que siguen la mayor parte de las criptomonedas, aboga, precisamente, por no depender de nada ni nadie. Bitcoin depende, exclusivamente, del código criptográfico, de la blockchain y de la comunidad de mineros que se encuentra tras el mismo, siendo estos tres elementos los que permiten su correcto funcionamiento.
¿Bitcoin va a ser reemplazado?
Otro de los argumentos más comunes que utilizan las voces críticas con Bitcoin es el de su posible reemplazo, por otra criptomoneda o, incluso, por una stablecoin basada en una FIAT. Aunque, al igual que cualquier divisa, Bitcoin pueda ser reemplazado, es algo que resulta, al menos en el corto y medio plazo, tremendamente complicado, y ello se debe, principalmente, a tres cuestiones capitales:
- Su condición de criptomoneda pionera.
- Su valor en el mercado.
- Su comunidad.
De hecho, existen multitud de criptomonedas, más de 4000, en todo el mundo, y ninguna ha podido reemplazar a Bitcoin, ni siquiera Ethereum (ETH), que es una criptomoneda muy importante, con una gran comunidad detrás, ha podido suplantar a Bitcoin, o ponerse por delante en ningún aspecto.
Es cierto que el software de Bitcoin es abierto, pero al igual que ocurre con casi todas las criptomonedas, ya que es condición sine qua non en la filosofía de las mismas. Pero Bitcoin se encuentra respaldado tanto por su comunidad, como por su propia historia, la cual se ha ido escribiendo desde su lanzamiento a comienzos de 2009.
No son pocas las personas que asocian, de forma automática, el concepto de criptomoneda a Bitcoin, por lo que resulta bastante complicado, no solo que sea reemplazado por otra criptomoneda, sino cualquier supuesto negativo de los que hemos visto durante el texto.
