Cómo Funcionan las Criptomonedas

como funcionan las criptomonedas

Si quieres saber cómo funcionan las Criptomonedas, hemos preparado este detallado artículo para contarte todo sobre ello.

Las criptomonedas, y su sistema, fueron esbozadas a comienzos de la década de los años ochenta del siglo XX. Sin embargo, no sería hasta 2008, coincidiendo justo con el estallido de la Gran Recesión, cuando la criptomoneda inició su singladura bajo los preceptos y estándares que, a día de hoy, siguen siendo su principal atractivo y seña de identidad.

De acuerdo con ello, las criptomonedas se diferencian notablemente de otros sistemas que, a priori, puedan parecer similares. Así, el pago con tarjeta de crédito o PayPal, por citar dos métodos habituales, puede resultar similar a la hora de adquirir productos por internet, o bien realizar pagos, pero estos precisan de varios elementos -como la necesidad de un tercero, o de un sistema centralizado– que son, precisamente, aquellos que las criptomonedas pretenden evitar.

El Funcionamiento de las Criptomonedas. Ejemplo de Bitcoin

Tomando como ejemplo el white paper de Bitcoin “Bitcoin: un sistema de dinero en efectivo electrónico peer-to-peer”, realizado por Satoshi Nakamoto, podemos observar cómo en dicho artículo se expone cómo la filosofía de las criptomonedas permite enviar pagos online, directamente entre las partes, y sin la necesidad de depender de terceros, en este caso, de banca privada o pública. Para ello, la persona -o grupo de personas- tras la identidad de Satoshi Nakamoto expone que resulta necesario hacer uso del protocolo peer-to-peer, más conocido como P2P, que se encarga de monitorizar las operaciones.

El Bitcoin, que estamos tomando como ejemplo, aunque es algo extensible a la gran mayoría de criptomonedas, no es más que una divisa creada a través de un código de programación que, a su vez, es una cadena de datos que forma la moneda. La diferencia, en este caso, con respecto a las divisas ordinarias, que usamos para comprar en internet con nuestra tarjeta de crédito o cuenta de PayPal, es que las criptomonedas se encuentran totalmente descentralizadas: ningún banco o autoridad las controla, pero para que las transacciones resulten seguras, las criptomonedas se basan en el citado protocolo P2P.

Los pilares del funcionamiento de las Criptomonedas: Blockchain, Seguridad y Confidencialidad

La seguridad de las criptomonedas, y con ello la seguridad de sus usuarios, reside en una base de datos descentralizada, constituida a través de una cadena de bloques, más conocido como blockchain. Así, dicho de otra forma, blockchain, o cadena de bloques, es un sistema de código abierto y de intercambio entre iguales, es decir, P2P.

Haciendo uso de la tecnología blockchain se elimina, de raíz, la intervención de un tercero, tanto al respecto de la confidencialidad de la operación, como al respecto del coste de la misma. Con todo ello, las operaciones realizadas con Bitcoin -y otras criptomonedas-, resultan imposibles de revertir, y en ellas se encuentran protegidos, en el supuesto de una compra -producto o servicio-, tanto comprador como vendedor. En palabras de Satoshi Nakamoto: “el sistema es seguro, siempre y cuando los nodos honestos controlen, de forma colectiva, más potencia CPU que cualquier grupo atacante”.

Aunque hemos tomado el ejemplo del Bitcoin para resumir cómo funciona la primera, y más famosa, criptomoneda de la historia, la gran mayoría de las mismas, por no decir todas, funciona de forma similar.

¿Para qué sirven las criptomonedas?

En términos generales, las criptomonedas son dinero digital cuyo principal objetivo es el intercambio, ya sea de productos o de servicios, manteniendo la confidencialidad de los intervinientes, y sin la necesidad de terceros.

Hacen uso de la criptografía con objeto de asegurar y verificar las operaciones, así como para la creación de nuevas divisas, sean del tipo que sean. De acuerdo con este sistema, a priori, las criptomonedas se autorregularían de forma automática, ya que hacen uso de la tecnología blockchain, mediante la cual, los usuarios garantizan la seguridad y la confidencialidad en las operaciones, así como la creación de nuevas monedas.

¿Cómo se Crea una Criptomoneda?

Antes de explicar, en profundidad, cómo se crean las criptomonedas, es importante que asimilemos cómo se crea el dinero ordinario, físico o electrónico, en el mundo. La mayor parte de países, a través de sus respectivas instituciones -Reserva Federal, Banco Central Europeo, Banxico, etc.-, se encargan de concertar y emitir dinero fiduciario siempre que se requiera.

Este dinero fiduciario tiene un valor marcado, de forma habitual, por un gobierno o institución, y con base en la ley de la oferta y la demanda. Por ello, el valor de este tipo de divisas fluctúa, y se ve afectado, entre otros aspectos, por la inflación. Los usuarios del dinero fiduciario no somos propietarios del mismo, sino titulares, ya que este puede ser devaluado, pretendidamente, por un gobierno, y el número de este tipo de divisas aumentará o disminuirá en función de los intereses de dicho gobierno.

Sin embargo, esto no se puede aplicar a las criptomonedas, con base en sus propias características que, entre otros aspectos, explican su valor y las acciones que los usuarios realizan con ellas. Así, la mayor parte de las criptomonedas no se crean como tal, sino que se generan a través de un proceso digital conocido, popularmente, como minado o minería. Por ejemplo, criptomonedas como Bitcoin tienen un número máximo de divisas -21 millones- que, jamás, se sobrepasará y que, sin embargo, todavía no se encuentran disponibles.

Entonces, para poder generar y conseguir estas criptomonedas, los mineros -o empresas de minería- hacen uso de sus equipos informáticos para validar transacciones de criptomonedas en la blockchain. Realmente, lo que están haciendo es un servicio a la comunidad y, como recompensa, reciben criptomonedas o fracciones de las mismas, que posteriormente pueden invertir, usar o canjear por divisas ordinarias. Es decir, cuando se lleva a cabo el minado de criptomonedas, se generan criptomonedas y, a la par, se ponen en circulación.

La minería se extiende a la práctica totalidad de las criptomonedas que existen en la actualidad. Dado que es un proceso complejo, y existe un “techo” de criptomonedas, esto explica, en cierto modo, los altos valores que pueden llegar a alcanzar estas divisas.

Así, como vemos, no se trata, entonces, de fabricar criptomonedas, como muchas personas pueden pensar, sino que se trata de prestar un servicio a la comunidad y recibir un pago por ello.

La minería de criptomonedas se encarga de generar nuevas monedas a través de cálculos matemáticos y códigos de programación, que precisan de un gran conocimiento por parte de los mineros, así como de equipos informáticos tremendamente potentes. Visto así, puede parecer relativamente sencillo que expertos en la materia puedan minar criptomonedas, sin embargo, conforme más criptomonedas se generan, más complicado se vuelve el cálculo, y menos criptomonedas se pueden llegar a generar en un determinado espacio de tiempo. Esto explica, en cierto modo, por qué es, a día de hoy, complicado hacerse con determinadas criptomonedas a bajo precio.

El fenómeno de las criptomonedas, y sobre todo su minería, se ha convertido en un negocio muy rentable. Es por ello que, debido a la complejidad que entraña el minado de criptomonedas, muchas empresas se dedican, de forma casi exclusiva, a la minería de un determinado tipo de criptomoneda.

Las criptomonedas que se han minado se suelen poner a la venta, a través de terceros, en ciertas plataformas online. En este sentido, el proceso es similar al de la adquisición de divisas ordinarias -libras, euros, dólares, etc.-, ya que se les aplica una tasa de cambio para cambiar nuestra divisa por una criptomoneda, o por una fracción de la misma. Si quieres saber más acerca del minado de criptomonedas, entra en nuestro artículo sobre el ‘Minado de criptomonedas’.

¿Se Puede Pagar con Criptomonedas?

Las criptomonedas no existen fuera de la red. A día de hoy, no podemos pagar con monedas de Bitcoin o Dogecoin, por citar dos criptomonedas, a la hora de comprar, por ejemplo, una revista en un quiosco, o una cena en un restaurante. Sin embargo, sí que podemos cambiar nuestras divisas ordinarias por criptomonedas, y viceversa.

Para ello, existen portales de cambio e incluso cajeros automáticos de determinadas criptomonedas. Si bien, en este último caso, su uso no se encuentra ampliamente extendido, este tipo de cajeros se están situando en las principales ciudades, y nos permiten tanto comprar como intercambiar criptomonedas, siendo los más famosos de todos ellos los de Bitcoin. Esto se debe a que, en la actualidad, Bitcoin es la criptomoneda con mayor capitalización del mercado.

Además, cada vez más plataformas han comenzado a aceptar criptomonedas, como es el caso de PayPal, que permitirá operar, de forma inicial, con algunas de las criptomonedas más extendidas, como Bitcoin, Ethereum, Litecoin y Ripple.

La fluctuación en el valor de muchas criptomonedas, también llamada volatilidad, ha motivado la aparición de las stablecoins, o criptomonedas estables. Partiendo tanto desde iniciativas privadas como públicas, se trata de criptomonedas cuyo principal objetivo es mantenerse en un determinado rango de valor, evitando con ello la volatilidad típica de monedas como Bitcoin, Ethereum o Ripple. Para ello, se basan en el valor de una divisa fiat, por lo que, con las mismas, sus creadores pretenden aunar las ventajas de las criptomonedas y la estabilidad de las fiat.

Para asegurar su valor y mantenerse en determinados rangos, las stablecoins se encuentran respaldadas por:

  • Dinero fiat, garantizando que su fluctuación sea 1:1 con respecto a la divisa de referencia.
  • Otras criptomonedas, mediante un complejo método que se basa en las reservas de una determinada criptomoneda, habitualmente con una paridad 2:1.
  • Bienes, tomando como referencia patrones como el oro, la plata u otros bienes como el petróleo.
  • Algoritmos, que no se basan en ningún activo o bien para mantener su estabilidad, sino en el empleo de algoritmos con ese objetivo.

Las stablecoins no representan las mismas oportunidades, sobre todo de inversión -aunque también de pérdidas-, que las criptomonedas habituales. Sin embargo, sí que sirven para reunir en una criptomoneda lo mejor de cada sistema, atrayendo a usuarios potenciales que, habitualmente, no suelen dar el paso hacia las criptomonedas debido, entre otros aspectos, a la alta volatilidad de las mismas.

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