Esta tríada, única en el mundo de las blockchains, es una de las más famosas e importantes, tanto a nivel operativo como al respecto de su filosofía. A continuación, te contamos, en breves palabras, todo acerca de Ripple (XRP), la llamada “criptomoneda de los bancos”.
Desde su lanzamiento en 2013, Ripple se ha convertido en una importantísima plataforma digital, en la cual se reúnen tres elementos esenciales y diferenciales que hemos de tener en cuenta:
- La plataforma, llamada Ripple.
- La criptomoneda de la misma, llamada XRP o, también, Ripple.
- La empresa que gestiona y mantiene tanto la plataforma como la criptomoneda, Ripple Labs.
¿Qué es y Cómo Funciona Ripple (XRP)?
En resumidas palabras, Ripple es un ecosistema digital, una plataforma dedicada tanto a compensar deudas entre los usuarios de su plataforma, como al intercambio de divisas, haciendo uso de XRP como divisa de referencia, desbancando así al dólar debido a su elevada comisión.
Funciona gracias a un protocolo específico de pagos, abierto, que se encuentra gestionado y mantenido por la empresa Ripple Labs, propietaria del 80% de todos los XRPs que existen, así como de la emisión de los mismos, ya que Ripple, tanto como plataforma como criptomoneda, no se rige por los mismos parámetros que Bitcoin o Ethereum, al menos antes de su versión 2.0. Si quieres conocer más acerca de todo ello, entra en nuestro artículo ‘¿Qué es Ripple?’, en el que respondemos, de forma más extensa, a estas cuestiones.
Ripple, como plataforma, funciona gracias a un algoritmo de consenso que no depende de una autoridad central que valide, registre, grave o sancione las operaciones. Funciona, en cierto modo, como una blockchain, ya que no depende de autoridades y entidades que se encarguen de ello. Sin embargo, toda la actividad se encuentra supervisada, de forma directa o indirecta, por parte de la empresa que gestiona la plataforma, Ripple Labs, así como por parte de los usuarios que forman los nodos, estando muchos de ellos en manos de entidades bancarias.
El sistema de Ripple funciona gracias a una extensa red de ordenadores y servidores, que se encargan de validar automáticamente las operaciones mediante un sistema de votos revolucionario dentro de este tipo de escenario. Con base en ello, podemos afirmar que Ripple funciona gracias a dos elementos esenciales dentro de su propio ecosistema:
- El algoritmo de Consenso del Protocolo Ripple (RPCA).
- La tecnología DLT, o Distributed Ledger Technology, que es la que permite crear su particular “blockchain” a Ripple.
Es Ripple Labs, además, la que se encarga de la emisión y control de la criptomoneda, el XRP, decidiendo, del mismo modo, sobre su valor de forma indirecta, ya que únicamente puede emitir un número determinado de XRPs al mes, de los cuales, el 80% ha de estar siempre en posesión de Ripple Labs. Por tanto, vemos que con XRP tampoco existe el minado, como sí existe en otras plataformas como Bitcoin o Ethereum, por citar dos de las más célebres. Si quieres conocer, de forma más exhaustiva, el funcionamiento de Ripple, entra en nuestro artículo ‘¿Cómo funciona Ripple?’.
¿Quién es el fundador de Ripple (XRP)?
La tecnología de la que hace uso, el sistema DLT, y el protocolo RPCA que deriva de su filosofía, son conceptos anteriores, incluso, a la puesta en marcha de las criptomonedas. Sin embargo, no fue hasta el año 2012 cuando Jed McCaleb, Chris Larsen y Arthur Britto se decidieron a lanzar, a través de la empresa OpenCoin, la plataforma Ripple.
Al poco tiempo de su lanzamiento, cuando su marcha fue realmente efectiva durante el año 2013, sus fundadores vieron que era posible aprovechar parte la filosofía blockchain y parte de la filosofía de las criptomonedas para hacer de Ripple un “paquete de soluciones” destinadas a productos financieros y bancarios, en forma de un pionero ecosistema digital. Así, renombraron OpenCoin como Ripple Labs, y se creó un triunvirato que tuvo, y tiene, una gran acogida por parte de entidades bancarias: Ripple, XRP y Ripple Labs.
¿Qué es el RPCA?
RPCA significa Ripple Protocol Consensus Algorithm, y es el algoritmo, o protocolo, que hace que la plataforma Ripple funcione de forma automática, como si se tratase de una blockchain tradicional, y beneficiándose de todas las bondades de las mismas.
Este protocolo, que es exclusivo de la plataforma Ripple, y propiedad de Ripple Labs, permite que las operaciones realizadas en la plataforma resulten económicas, seguras y transparentes. Para ello, se divide en tres fases muy importantes:
- En primer lugar, con cada operación, el nodo encargado de validarla lo hace automáticamente para, en ese mismo instante, reunir un grupo de ellas y pasarlas al siguiente proceso.
- Todas las operaciones reunidas son votadas por parte de los nodos. Si estas reciben mayoría de OK, pasan a la última fase. Si no reciben mayoría de OK, se guardan para la siguiente ronda de operaciones.
- Una vez han recibido el OK por parte de los nodos, las operaciones se envían a la base de datos de Ripple, y se almacenan en bloques que, una vez finalizados, se enlaza con el siguiente.
¿Para qué se usa Ripple (XRP)?
La propia naturaleza de Ripple, tanto como plataforma, como criptomoneda, e incluso empresa, ha hecho que Ripple, incluso conforme a la filosofía implantado por sus fundadores a nivel tecnológico, se use, principalmente, para tres cuestiones, que son las siguientes:
- Cambiar divisas a baja comisión, evitando que se use el dólar como moneda de referencia, con las comisiones que ello implica. Así, Ripple usa su criptomoneda, XRP, como moneda de referencia en el cambio, cuya comisión es considerablemente más baja.
- Transacciones más rápidas, independientemente de si se trata de una transferencia nacional o internacional. Al no existir mediador más allá de Ripple, que funciona haciendo uso de tecnología blockchain, las operaciones no han de pasar por un intermediario que las valide, grave o sancione, lo que hace que sea uno de los métodos más rápidos que existen, incluso por encima de muchos sistemas similares, como Bitcoin.
- Divisas a medida, en lo que llaman en Ripple ecosistema de pago, que consiste en que el usuario emita sus propios XRPs personalizados para realizar cualquier tipo de operación, sea del tipo que sea.
¿Qué relación hay entre Ripple (XRP) y el sector bancario?
Es habitual escuchar eso de que “Ripple es la criptomoneda de los bancos”, o que, incluso, se trata de un infiltrado dentro del mundo de las blockchains y las criptomonedas. Hay quienes desconfiaron, en su día, de ello, e incluso siguen desconfiando, a pesar de la denuncia de la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC).
El uso de su particular visión de las blockchains, con la tecnología DLT, junto al empleo del protocolo, el RPCA, ha hecho que tanto la banca pública como la banca privada hayan apostado por esta plataforma, puesto que permite que muchas operaciones que realiza la banca de forma diaria resulten más eficientes y económicas, principalmente para los bancos, pero también para los usuarios, que pueden ver reducidas las comisiones y, por tanto, verse atraídos hacia aquellos bancos que hagan uso de este sistema.
Del mismo modo, la filosofía y arquitectura han constituido una oportunidad perfecta para que los bancos se introdujesen en el sistema, algo que ha beneficiado a ambos entes: blockchains descentralizadas y bancos. La razón de ello es que, de este modo, los bancos han eliminado, de forma indirecta, el estigma que pretendían introducir al respecto de las criptomonedas, a la par que ellos mismos se han visto atraídos por el sistema, iniciando multitud de estudios de viabilidad e implantación al respecto.
Al contrario que ocurre en blockchains como Bitcoin o Ethereum, algunos de los nodos que validan las operaciones y los XRP se encuentran en manos de grandes bancos como Santander, BBVA, Barclays Bank o Bank of America.
Futuro de Ripple (XRP) tras la denuncia de la SEC
Hasta hace relativamente poco, se codeaba con Bitcoin y Ethereum, llegando a alcanzar grandes valores y una buena perspectiva en el mercado. Se trataba, para muchos inversores, de un valor refugio, a pesar de que el XRP no es una criptomoneda pensada para la inversión, al menos de forma explícita.
Sin embargo, el 22 de diciembre de 2020 todo cambió para Ripple, para XRP y para Ripple Labs, ya que la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC) presentó una primera denuncia contra Ripple Labs y plataformas como Coinbase, por ejemplo, dejaron automáticamente de operar con XRP.
El motivo de dicha denuncia, según la SEC, se debe a una supuesta venta de valores sin tener licencia o autorización para ello. Ripple Labs, que como hemos visto tiene en su poder el 80% de los XRPs existentes, supuestamente ha estado vendiéndolos como monedas y no como valores. En este sentido, la denuncia se ha centrado en saber si XRP es una moneda y no un valor, ya que XRP y Ripple, como plataforma, no se encuentran descentralizadas al 100%.
Según la SEC, desde Ripple Labs se manipuló, de forma deliberada, el precio de XRP, aumentando o disminuyendo sus ventas a su antojo y conforme a las tendencias en el mercado. La negativa por parte de los responsables de Ripple Labs motivó una segunda denuncia por parte de la SEC, el 18 de febrero de 2021, en la que reiteraban su argumento, acusándolos de ganar miles de millones de dólares con dicha manipulación.
Aunque Ripple Labs y la SEC siguen con el litigio, XRP y Ripple siguen funcionando sin demasiado problema. De hecho, muchos inversores piensan que, a corto y medio plazo, en caso de que las denuncias de la SEC no prosperen, puede ser una buena idea invertir en XRP, en la plataforma, en los bancos que hacen uso de ella o, incluso, en Ripple Labs, ya que el valor de todo el cómputo, en caso de acabar todo a favor de Ripple, puede hacer que aumente hasta niveles cercanos al de otras criptomonedas y blockchains mejor valoradas.
Sin embargo, otros expertos aseguran que Ripple Labs lo tiene complicado, y que el futuro, a corto y medio plazo, es incierto a este respecto. No obstante, en la historia de las criptomonedas y las blockchains, ya han existido casos similares, que se han resuelto sin mayor problema para las partes. Además, hemos de tener en cuenta que cuenta con el apoyo de grandes entidades bancarias, así como el apoyo explícito de países como Japón.