Historia de las Criptomonedas

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Las criptomonedas, con el Bitcoin a la cabeza, pueden parecer un fenómeno relativamente reciente. Sin embargo, aunque su democratización comenzó hace apenas una década, se trata de un concepto que ya en los años ochenta y noventa del siglo XX comenzó a gestarse a fuego lento.

Estados Unidos y las Criptomonedas

Es preciso que nos remontemos al año 1983, y más concretamente a Estados Unidos. Las propias características económicas y sociales de EEUU favorecieron que David Chaum, un criptógrafo californiano de apenas 23 años por aquel entonces, y que acababa de terminar sus estudios universitarios, desarrolló un novedoso sistema criptográfico al que llamó eCash.

Chaum ya había esbozado esta idea en artículos anteriores, mientras se encontraba cursando sus estudios en la Universidad de Berkeley. El contexto en el que Chaum imagina este novedoso sistema de pagos, haciendo uso de su sistema criptográfico eCash, explica, en cierta medida, su aparición.

A comienzos de los años ochenta, Estados Unidos, y gran parte del mundo occidental, comenzaba a recuperarse de la Crisis del petróleo, que había azotado su economía durante toda la década de los años setenta. Sin embargo, entre 1981 y 1982 hubo otra gran recesión económica debido a una serie de medidas, llevadas a cabo por la Reserva Federal, con el objetivo de reducir la elevada inflación que existía en Estados Unidos.

El Lanzamiento de DigiCash genera Interés

Aunque la tarjeta de crédito había tenido una gran acogida en todos los rincones del mundo, el sistema de Chaum no generó demasiado interés, sobre todo a la estabilización económica del país a lo largo de la década de los ochenta con la administración de Ronald Reagan. Esto no hizo que Chaum se diese por vencido, y doce años después, en 1995, lanzó DigiCash, una evolución de eCash cuya principal baza era que permitía realizar operaciones de forma completamente confidencial.

Para entonces, este concepto ya sí estaba generando cierto interés en administraciones, banca e inversores. Es por ello que, en el pujante Estados Unidos de mediados de los noventa, y gracias a la idea de David Chaum, la NSA y el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) comenzaron a realizar investigaciones acerca de la relación entre criptografía, divisas y pagos.

Historia: China y las Criptos

Cuando Mao Zedong murió en 1976, la República Popular China comenzó una importantísima transformación económica y social de la mano de Deng Xiaoping. China, que hasta el momento era un estado autárquico, se abrió al mundo a través del denominado “socialismo de mercado”, que permitió a muchos ciudadanos chinos establecer sus propias empresas, estudiar en el extranjero, e incluso emigrar.

Ese fue el caso de Xiwei Dai, ingeniero de origen chino, tuvo la oportunidad de emigrar a Estados Unidos gracias a las nuevas políticas llevadas a cabo por Deng Xiaoping en China. En Estados Unidos, comenzó a trabajar como investigador en la Universidad Northeastern, en Massachusetts. Y fue en ese ambiente en creció su hijo Wei Dai, una de las figuras clave en el nacimiento de las criptomonedas tal y como las conocemos hoy día.

Wei Dai, que se formó como ingeniero informático en la Universidad de Washington, lanzó en 1998 el concepto de criptomoneda. Así, lo que Wei Dai imaginaba era un nuevo sistema de divisas, similar al de Chaum, pero que se encontraba completamente descentralizado, y que hacía uso de la criptografía como forma de control del mismo.

Este nuevo sistema recibió el nombre de b-money, pero nunca llegó a ponerse en marcha, su importancia radica en el importante precedente que supuso para el desarrollo de las criptomonedas una década después. El sistema, a su vez, se basaba en anteriores estudios de Wei Dai, como Crypto++, una biblioteca de códigos criptográficos abiertos e íntimamente ligados al lenguaje de programación C++.

Historia: El Origen de las Criptomonedas

Pasaría, prácticamente, una década hasta la aparición de la primera criptomoneda: el Bitcoin. Desde que Wei Dai crease b-money, el mundo occidental vivió una auténtica época dorada en materia económica, en cierto modo fruto del espejismo que supuso el fenómeno de las hipotecas subprime.

Muchas familias, así como pequeñas, medianas y grandes empresas, se vieron gravemente afectadas cuando estalló una de las mayores crisis financieras de las últimas décadas, la denominada Gran Recesión de 2008. Aunque fue un proceso que ya se inició el año antes, el verdadero pistoletazo de salida lo dio Lehman Brothers, compañía de servicios financieros y banca de inversión, cuando anunció su quiebra el famoso 15 de septiembre de 2008, después de fracasar en la negociación de su rescate con el Banco de América.

A partir de ese momento, parte de la banca del mundo occidental se declaró en quiebra, aumentando la inestabilidad económica de familias, empresas y países. La crisis se destacó por su rapidez y virulencia, y la ciudadanía absorbió gran parte del impacto de la misma. La desconfianza hacia los bancos, los gobiernos, y hacía el sistema, aumentó considerablemente. La crisis de 2008, tanto en el momento como en perspectiva, dejó un panorama desolador en Estados Unidos y Europa.

En este escenario, con multitud de divisas devaluadas, los tipos de interés en mínimos históricos y una inflación galopante, una persona o grupo de personas bajo el pseudónimo de Satoshi Nakamoto, cuya verdadera identidad se desconoce, apenas dos meses después del inicio del desastre financiero, envió un mensaje al portal www.metzdowd.com en el que anunciaba un nuevo sistema de dinero electrónico denominado Bitcoin. Satoshi Nakamoto basó Bitcoin en un sistema P2P, es decir, una red entre pares que no precisaba de terceros “de confianza” para realizar sus operaciones. En el artículo ‘¿Cómo funcionan las criptomonedas?’ explicamos, de forma más detallada, estos aspectos.

Los Inicios de las Criptomonedas y el Bitcoin

Bitcoin, que entró oficialmente en funcionamiento el 3 de enero de 2009, fue, y es, la primera criptomoneda de la historia, al menos conforme al concepto que tenemos actualmente de criptomoneda. A través de un sistema de código abierto, se crea una divisa totalmente descentralizada y accesible a todo el mundo. Bitcoin, y las posteriores criptomonedas, no dependen de ningún Banco Central que las regule, ni tampoco de comisiones o cualquier otro aspecto extensible a la banca ordinaria. El objetivo de Satoshi Nakamoto, quien quiera que sea, es dar a los usuarios total libertad sobre su dinero, sin la necesidad de depender de un gobierno, de un banco o de las recesiones cíclicas a las que el mundo occidental lleva décadas acostumbrado. Esta es una cuestión que abordamos exhaustivamente en ‘¿Qué es el sistema descentralizado, o DeFi?’, donde analizamos el eje central de la filosofía de las criptomonedas.

Con el lanzamiento de Bitcoin, se abrió la veda a que multitud de ingenieros, inversores, e incluso empresas, lanzasen sus propias criptomonedas, logrando una auténtica revolución económica que ha cambiado por completo el sistema de pagos e inversión del siglo XXI. Aunque administraciones, banca pública y banca privada, desde un inicio, recelaron de lo que podía suponerles la extensión de las criptomonedas, llegando incluso a criminalizarlas de forma pública, son cada vez más los países y entidades que están ampliando su horizonte a través de numerosos estudios de mercado en los que las criptomonedas han adquirido un papel protagonista. A este respecto, han corrido ríos de tinta en redes y medios de comunicación, por ello, te lo explicamos de forma más detallada en los artículos ‘Regulación de las criptomonedas’ y ‘El mercado negro de las criptomonedas: DeepWeb, terrorismo, drogas y blanqueo de capitales’.

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