En ocasiones, se tiende a pensar que todas los blockchain, y criptomonedas derivadas de las mismas, comparten filosofía, arquitectura y, en definitiva, objetivos. Sin embargo, cada blockchain o criptomoneda sigue sus propios objetivos, así como desarrolla su propio software y, conforme a los mismos, también su comunidad. No todas los blockchain actúan como Bitcoin o Ethereum, por poner dos ejemplos notables, ni tampoco abogan por un sistema descentralizado en el que el usuario es el centro del mismo.
Este es, precisamente, el caso de Ripple, uno de los “blockchain” más importantes que han existido y existen en la escena, y cuyo enfoque dista bastante de lo propuesto por Satoshi Nakamoto en 2008, o por Vitálik Buterin en 2013. Así, la plataforma de la empresa Ripple Labs, funciona conforme a una arquitectura diferente, que la hace única y, por ende, pionera dentro de este mundo de la tecnología blockchain y las criptomonedas.
Del mismo modo, es importante diferenciar entre la plataforma, llamada Ripple, y entre la criptomoneda, también llamada Ripple, o XRP. Y, por supuesto, no debemos confundir ambos conceptos con Ripple Labs, que es la empresa encargada de marcar la pauta del blockchain y la criptomoneda, así como del mantenimiento de las mismas.
¿Cómo funciona la plataforma Ripple?
La plataforma de Ripple es una especie de blockchain, ya que hace uso de una tecnología parecida y funciona de forma descentralizada con respecto a autoridades y entidades, a pesar de que estas hagan uso de Ripple, y viceversa. Sin embargo, el blockchain de Ripple se encuentra centralizada y gestionada por parte de la empresa Ripple Labs, lo que hace que la naturaleza propia de Ripple se constituya como un híbrido muy particular.
La plataforma de Ripple funciona gracias a un algoritmo de consenso que no depende de una autoridad central que valide y registre cada una de las operaciones. A este respecto, vemos cómo Ripple, como blockchain, funciona siguiendo la filosofía de este tipo de tecnología, pero la mayor parte del capital se encuentra en manos de la propia empresa, lo que hace que, indirectamente, sea la empresa la que tiene el poder sobre la plataforma, la criptomoneda y su valor.
Este algoritmo de consenso sí que funciona gracias a una extensa red de ordenadores y servidores que validan automáticamente las operaciones, y cuya seguridad, coste y velocidad no solo son idénticas a las de otros blockchain, sino que, en muchos casos, es incluso superior.
Esto es posible gracias a dos elementos esenciales dentro del ecosistema Ripple:
- El algoritmo de Consenso del Protocolo Ripple (RPCA, por sus siglas en inglés).
- Distributed Ledger Technology (DLT), que es, básicamente, la tecnología que usa Ripple a la hora de concebir su propio blockchain.
Respecto al RPCA, ya hemos entendido que es aquel algoritmo, propiedad de Ripple, que hace que la plataforma funcione de forma automática, como si fuese un blockchain tradicional, y con todas las bondades de las mismas. El protocolo RPCA se divide en tres fases muy marcadas, que son las siguientes:
- En primer lugar, con cada operación, el nodo encargado de validarla lo hace automáticamente para, en ese mismo instante, reunir un grupo de ellas y pasarlas al siguiente proceso.
- Todas las operaciones reunidas son votadas por parte de los nodos. Si estas reciben mayoría de OK, pasan a la última fase. Si no reciben mayoría de OK, se guardan para la siguiente ronda de operaciones.
- Una vez han recibido el OK por parte de los nodos, las operaciones se envían a la base de datos de Ripple, y se almacenan en bloques que, una vez finalizados, se enlaza con el siguiente.
Con respecto a DTL, es importante aclarar el concepto de la tecnología Distributed Ledger, ya que se trata de un concepto anterior a los blockchain y, en cierto modo, en el que los blockchain se basaron para construir su arquitectura y constituir sus objetivos. Así, una DLT funciona como una gran base de datos, gestionada y mantenida por varios usuarios, y que no se encuentra centralizada con respecto a una autoridad que se encargue de verificar que todo lo que alberga es correcto, legal,etc.
La descentralización de una DLT, por otro lado, no implica que se trate de una gran base de datos en la que puedan realizarse y guardar información sobre operaciones opacas, más bien el contrario, ya que el sistema distribuido de este tipo de tecnología, idéntico al de los blockchain, hace que se trate de un sistema transparente que transmite confianza a sus usuarios.
Cuando se realizan una serie de operaciones, se cierra un bloque, y este se sella con una firma criptográfica que impide su modificación, tanto de forma previa como a futuro. Este bloque sellado, se enlaza con el siguiente bloque que se abre, creando una cadena que, como podemos ver en el artículo ‘¿Cómo funciona blockchain?’, es prácticamente idéntica a la de las tecnologías empleadas por otras criptomonedas y plataformas.
Es, precisamente, la tecnología DLT, junto al protocolo de Ripple, RPCA, lo que ha hecho que la banca pública y la banca privada hayan apostado por esta plataforma, ya que este sistema permite que muchas operaciones que realiza la banca de forma diaria puedan resultar más eficientes y económicas.
Al tratarse de un sistema híbrido, y con el 80% de las criptomonedas XRP bajo custodia de Ripple Labs, no es necesaria la minería de XRPs, y la emisión de XRPs aumenta según la demanda, lo que, entre otras cosas, elimina la labor de minería del sistema. De hecho, se estima que la mayoría de nodos de DLT, o blockchain, de Ripple, se encuentran en posesión de los diferentes bancos que hacen uso de dicha tecnología.
¿Cómo funciona la criptomoneda Ripple (XRP)?
Ahora que sabemos cómo funciona la plataforma Ripple, propiedad de Ripple Labs, cabe preguntarse, también, cómo funciona el XRP, la criptomoneda, o token principal, de Ripple. En primer lugar, hemos de comprender que, aunque XRP se encuentre fuera de la órbita de administraciones y entidades, sí que es una criptomoneda centralizada, ya que el 80% de sus divisas se encuentran en posesión de Ripple Labs, que es quien decide al respecto de su emisión e, incluso, de su valor con respecto a FIAT.
Esto ha ocasionado que, a pesar de las denuncias de la Comisión de Valores de Estados Unidos, XRP sea una de las criptomonedas más estables ya que, en esencia, no se rige bajo los mismos parámetros que la mayor parte de criptomonedas, sin acusar una volatilidad excesiva y, por ello, no siendo usada como método de inversión, sino más bien como método de cambio a la hora de cambiar una divisa por otra, sea cripto o FIAT.
Puesto que el sistema propio de la plataforma Ripple, conforme a su arquitectura, no permite el minado de criptomonedas como ocurre en otros blockchain como Bitcoin o Ethereum, al menos antes de la llegada de Ethereum 2.0, el mencionado protocolo RPCA, es el encargado de validar las operaciones y los XRPs mediante una serie de nodos especiales que, precisamente, se encuentran, muchos de ellos, en posesión de grandes bancos como Santander, BBVA, Barclays Bank o Bank of America, entre otros.
A pesar de ello, XRP funciona de forma muy rápida, más que Bitcoin o Ethereum, ya que la validación de las transacciones es inmediata y sus costes son ínfimos, comparados con los costes de las operaciones habituales con divisas FIAT.
Para comprender algo mejor qué es XRP y cómo Ripple Labs entiende su token principal, es importante atender a su definición oficial:
“XRP es un activo público, sin contrapartida, diseñado para unir las diferentes monedas en uso de todo el mundo. XRP cotiza en el Open Market, y se encuentra disponible para cualquier usuario que quiera acceder. La base de datos de XRP se creó en 2012 gracias al suministro limitado de 100.000.000 millones de divisas. De esa cantidad, la empresa Ripple Labs se quedó con 80.000.000 millones, marcando así la pauta de que siempre esta empresa estará en posesión del 80% de todas las XRPs que existan en el mercado. Ripple usa XRP para ayudar a construir una red de valor, marcando el comienzo de un mundo en el que el dinero se mueve de manera más rápida y eficiente”.
También, como hemos comentado, XRP no se mina como pueda hacerse con Bitcoin o con Ethereum, antes de su versión 2.0. De hecho, ya se han puesto en circulación todas y cada una de las divisas iniciales, y Ripple Labs puede liberar, cada mes, hasta 1000 millones de XRPs, lo que le permite evitar la volatilidad de la criptomoneda y, a su vez, mantenerla estable.
